Estudiar.

Author: Luis Ortiz /

Me he cansado de leer, esto de repasar una linea tras otra -se dice Esthela mientras se frota los ojos suavemente-, aprender de memoria algo inconcebible no tiene sentido alguno para mi, se me cansa la mirada y mis ojos empiezan a arder, con una picazón horrible -se rasca, se rasca, se rasca-, esa picazón atras de la bola de agua es inexplicable, desearía que alguien me los reventara o que pusieran un pequeño pez dentro de el para que pudiera alimentarse de las bacterias y nadar dentro de mi ojo -se rasguña los párpados-, así albergaría una vida dentro, una vida agradable que me daría motivo a ver en otra dirección. Pero eso no va a suceder, esas cosas no suceden en la vida real -se dice miéntras se pone de pie-, una tiene que arreglarselas para vivir con lo que tiene, y con lo que le sucede, no hay de otra forma. Que más puede hacer una sino resignarse a lo que le rodea, a mendigar atención y, el cariño suculento que le proveen las convenciones sociales, así como el calor de un trozo de carne ocasional -se toca sus senos firmes-, aunque no estoy del todo mal. A decir verdad soy una chica deseable, que bien podría relatar tantas historias o crearse las propias, motivación no me falta; me falta realidad. Esa realidad que nos rodea y, en varias ocasiones nos permite crear, escribir, leer y aprender. Pero esto de leer, estudiar para una prueba es complicado, y me hace recordar que estoy sola -se cruza de brazos-. La vida no vale nada, y no entiendo lo que tengo frente a mis ojos, no me sirve saber el color de una bebida boba, que endulza mis ideas y agracia mi estilo, es tan solo un recipiente que me hace sentir que algo es interesante. Pero ¡Ay de mis ojos! De ellos y su sensibilidad, como arden cuando se dan cuenta de mi falta de entendimiento -se entierra las uñas despacio, poco a poquito-, con ganas de sacarlos a presión de sus hoyitos. Pero no perderé más el tiempo, no señor. ¡No más! Nada de aligerar el tiempo, ni de ilusionarme en tonterías, mejor tratar de entender Esthela, mejor así. Parpadear un poco, descansar un tanto otro, un tanto poquito, continuar y estudiar. Nadie ha muerto por comprender las lecturas del ocultismo -se toca la piel del rostro, se pellizca las manos, se toca más y pellizca fuerte los párpados-, pero no desistiré. Un té de hierbas, leer y tratar de comprender un poco más resultará. Claro.

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