A nadie le importa que me este retorciendo de dolor, todos pasan de forma insensible. Ahora odio al creador y su estúpido Samsara. Me duelen mis extremidades, no las siento pero puedo ver como se doblan. Escucho el crujir de cada una de ellas en mi cabeza...
Ya lo he notado, escupo en partes mi vida, y trago a grandes bocanadas la muerte. Escucho voces, murmullos, cientos de presencias acercarse, mi alma resuena en los ecos de la existencia misma, pero los oídos son sordos. Tan solo soy un ser perdiendo la vida, mientras que los otros continuan con la suya, pero en el acto mismo estoy más vivo que cualquiera. Porque en la muerte, en la máxima iluminación, y en la soledad misma del desvanecerme me he visto libre de todo; sin extremidades, sin grandes partes de mi cuerpo. Libre de casi todo, mi cabeza permanece con aliento, minutos, segundos, horas; no mido el tiempo. Me liberé de la crueldad de la vida, me liberé de tantas cosas, y de círculos estúpidos.
No tiene mucho sentido esto de renacer constantemente, es una reverenda tontería; pero el dolor es inexplicable. Una sagrada mierda es lo que es la vida, la muerte nos es propuesta como la dicha por excelencia; al ritmo del crujir de nuestros cuerpos. Pero ahora lo que se siente, un choque, un impulso sonoro que retumba en los cielos, y crea sismos me sorprende. Estúpida gente y sus zapatos de plataforma. Ya ni como cucaracha que es uno se asustan, gritan o algo, ya ni en el mundo me hacen. Bueno, yo tampoco los hice, más mierda son y tocan ellos que yo. Procrear constantemente en sus camas, donde se desnudan y tienen relaciones, donde disfrutan de sus tan llamados orgmasmos o como digan. Donde presumen su amor, sus brinquitos y canitas al aire; y alguna que otra aventura disfrazada de cariño. Pendejadas si me permiten decir; he encontrado pocas cosas dignas. Entre ellas, un poco de pastel en un refrigerador.
¡Ah! Mis últimos pensamientos, y de nuevo a renacer en otra chingadera de ser viviente. Mientras no sea humano y mucho menos mujer, creo que puedo aguantar más hasta el día del juicio.

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